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domingo, noviembre 25, 2018

Parashat VaIeshev

Hakuna matata

En 1994 los estudios Disney sacaron a la luz el film "El rey león", sin duda alguna uno de sus productos más logrados y afamados.

La película narra la historia de Simba, un cachorro de león heredero del trono en la sabana. Su tío Scar, un ser malvado y despiadado, decide asesinar a Mufasa, el rey - padre de Zimba- y quedarse con el cetro. Scar hace creer a Simba que él ha sido el culpable de la muerte de su padre y éste -presa del miedo- emprende la huída y sale al exilio en búsqueda de un nuevo porvenir.

Allí en el exilio, y luego de conocer a Timon y Pumba, Simba adquiere una nueva filosofía de vida, Hakuna Matata, que en idioma suajili vendría a significar algo así como "No hay problema" o "No te angusties".

Finalmente, y luego de reencontrarse con Nala, una antigua amiga de la infancia, Simba decide regresar a la sabana a fin de recobrar el trono y poner orden en el caos que había causado su tío Scar, usurpador del trono de su padre.

Se suele decir que la película está inspirada en la obra Hamlet de Shakespeare. No obstante, el Rabino Benny Lau hace una formidable comparación entre la historia de Iosef, que comienza en nuestra Parashá, y la célebre película de Disney.

...

En el capítulo 39 del libro de Bereshit, la Torá narra la historia de Iosef y la mujer de Potifar. Luego de haber sido vendido por sus hermanos, Iosef llega a Egipto en donde es vendido como esclavo a Potifar, un encumbrado oficial del faraón. Allí en el exilio, al modo de Simba de "El rey león", Iosef comenzará una nueva etapa lejos de su hogar.

Lentamente. Iosef comienza a posicionarse en casa del oficial egipcio. RaSHI indica que al adquirir poder, Iosef comenzó a entregarse a los placeres corporales. Comezó a degustar manjares, a beber y a arreglarse el pelo, algo que ya le gustaba hacer de más joven (véase comentario de RaSHI a 39, 6). Alguién en el oído le habrá susurrado un Hakuna matata, e Iosef comienza a rehacer y reencarrilar su vida. Rápidamente se transforma en la mano derecha de Potifar y éste lo deja a cargo de su casa.

Un día, Potifar dejó su casa e Iosef permaneció en ella junto a la mujer del oficial. Ésta, atraída por la presencia del joven hebreo, decide seducirlo y le suplica que se acueste con ella.

Posiblemente ése sea el punto de inflexión en la historia de Iosef. Dice el Talmud en el tratado de Sotá (36b):

En ese momento se le "apareció" el rostro de su padre Iaakov reflejado en la ventana. Le dijo: "Iosef, tus hermanos –y tú entre ellos- serán inscriptos en un futuro sobre las fiedras del efod. ¿Quisieras que tu nombre sea borrado de allí?

Este midrash también recuerda una escena de "El rey león":

Simba aun sentía culpa por la muerte de su padre. No obstante Nala –aquella leona amiga de su infancia- intenta convencerlo para que regrese a su reino. Simba se niega rotundamente.

Rafiki, un mandril sabio, dice a Simba que Mufasa aun está "vivo" y lo lleva a un lago aledaño. Frente a ese espejo de agua, Simba ve reflejado el rostro de su padre Mufasa quien lo intima a recobrar el cetro perdido en manos de Scar. "Simba, me has olvidado", dice Mufasa. "Olvidaste quién eres y así me olvidaste a mí". En dicho punto, Simba comprende que  no puede más huir de su pasado y comprende cuál es la auténtica razón de su vida.

Iosef reacciona de manera similar ante el acoso de la mujer. De manera concisa y tajante, Iosef le explicará el por qué de su negativa:

"He aquí mi señor no sabe conmigo lo que en la casa hay, y todo lo que hay en ella entregó en mi mano. No hay más importante que yo en esta casa, y no vedó de mí ninguna cosa, salvo a tí, porque eres tú eres su mujer. ¿Y cómo podría haría esta gran maldad, pecando ante Di-s?" (Bereshit 39, 8-9). 

Hubiéramos esperado que Iosef haga hincapié sobre lo inmoral de su propuesta, o ponga el acento sobre su depravación moral. No obstante, contra lo esperado, Iosef hace hincapié en que su propuesta lo llevaría a la transgresión ante Di-s.

¡Es formidable! Frente a esta mujer adúltera que desea engañar a su marido y ha barrido con toda barrera moral, Iosef se detiene...¡y le habla de teología! El haber visto el rostro de su padre, le recordó también a Iosef cuál era el propósito de su vida. Frente a esa mujer, Iosef redescubre sus raíces y demuestra que cuando éstas son profundas ningún viento –por fuerte que sea- podrá arrancarlas de su lugar.

Pero sobre todo Iosef entiende –al igual que Simba en "El rey león"- que el pasado es parte constitutiva de nuestra existencia y que no se puede huir de él. Hakuna Matata es una filosofía simpática. Sin embargo, reniega del pasado; invita a vivir nada más que el efímero presente.

Iosef comprende súbitamente que del pasado se aprende; se construye un nuevo camino sobre las fallas, los tropiezos y los desaciertos del ayer. Aquel Iosef que pasó sus primeros años concentrado en sus propios sueños, comienza a ocuparse de los sueños de los demás. Y lo hace con el Di-s de su padre Iaakov en mente y en su boca.

Éso es lo que ocurre cuando se logra reconocer nuestras raíces y entender el propósito de la propia existencia. Frente a aquella mujer, Iosef logró volver a ser lo que siempre fue: el hijo de Iaakov Avinu.



domingo, noviembre 18, 2018

Parashat VaIshlaj

Pragmatismo

Una de las instituciones centrales en la sinagoga desde los tiempos de Ezra y hasta los tiempos de JaZaL era el meturgueman, quien se ubicaba junto al lector de la Torá y traducía uno por uno los versículos bíblicos.

El arameo fue por varios siglos el idioma dominante en el Medio Oriente, y la Tierra de Israel no fue la excepción. Es por eso que la lectura ritual de la Torá y las Haftarot requerían de una traducción al idioma utilizado por las masas.

Gran parte del Talmud está redactado en idioma arameo y la liturgia judía contiene destacadas oraciones en dicha lengua. El Kadish, el Kol Nidrei y el Ha-Lajma Ha-Ania  en la Hagadá de Pesaj son solo tres ejemplos.

No obstante, JaZaL ofrecen en la mishná un listado de pasajes bíblicos que deben ser leídos sin traducción (Mishná Meguilá 4, 10 y la guemará a continuación). Se trata, sin excepción, de pasajes problemáticos que pueden ser malinterpretados por la congregación, o bien presentan a nuestros antepasados de manera desfavorable. Entre ellos se menciona –por ejemplo- el pasaje de Reuvén y Bilha, concubina de Iaakov (Bereshit 35, 22) o el episodio de Amnón y Tamar, en el libro de Shmuel (Shmuel II 13).

Llama la atención que entre dichos episodios "censurados" por nuestros Sabios no se mencione el episodio de Diná que es mencionado en nuestra Parashá; este episodio presenta a Leví y a Shimón de manera poco halagüeña. Por lo visto, JazaL entendieron que dicha historia contiene un mensaje que debe ser leído, traducido –y sobre todas las cosas- comprendido.

Dina fue la única hija mujer de Iaakov y su mujer Leá. Luego de haber permanecido por largos años en lo de Laván el arameo, nos cuenta la Torá que Iaakov vuelve a establecerse en la tierra de Cnaan.

Un día, Dina salió de su hogar y Shjem ben Jamor el jiveo, uno de los hombres fuertes de la región, raptó a la joven, la violó y la humilló. Luego, quedó perdidamente enamorado de ella.

Shjem solicita a su padre Jamor que intervenga para tomar a Dina como esposa. Mientras tanto Iaakov ya había escuchado acerca de lo sucedido y –atónito- no sabe como reaccionar.

Jamor, el padre del violador, sorprende a todos con sus capacidades diplomáticas. Propone a Iaakov y a sus hijos un acuerdo.

"Y habló Jamor con ellos diciendo: Shjem, mi hijo, desea con toda su alma a vuestra hija; dadla ahora a él por mujer y emparentad con nosotros; vuestra hijas daréis a nosotros y a nuestras hijas tomaréis vosotros" (Bereshit 34, 8).

Jamor quiere seducir a Iaakov y a sus hijos. Sabía que les estaba proponiendo sellar un pacto atractivo. Además les proponía tomar posesión de la tierra.

Sin embargo, los hijos de Iaakov tenían planes diferentes. Ellos le respondieron que sólo podrían avanzar con el pacto si los hijos de Jamor aceptaran circuncidarse. Para sorpresa del lector –y posiblemente para sorpresa de los hijos de Iaakov- los hijos de Jamor conceden a su pedido y convencen a todos sus hombres a practicarse la intervención.

Al cabo de tres días, cuando éstos aún estaban doloridos, Shimón y Leví liberan a Dina en un operativo relámpago, pasando por la espada a Jamor, a Shjem y a todos sus hombres.

El intercambio entre Iaakov y sus dos hijos al final del capítulo se asemeja a una charla entre sordos. Mientras Iaakov les dice: "Me turbasteis para hacerme aborrecible entre los moradores de la tierra" (Bereshit 34, 30) , éstos se justifican diciendo: "¿Acaso como prostituta hará a nuestra hermana?" (34, 31).

Iaakov reprende a Shimón y a Leví no porque ellos hayan llevado adelante una represalia ilegítima e injusta, sino por el miedo a que su accionar despierte acciones en su contra.

Iaakov es un pragmático y ello debe saberse. Es por éso que nuestros Sabios no han agregado este pasaje a la lista de historias "censuradas". Dicho pragmatismo debe leerse, traducirse y comprenderse.

Porque en el Medio Oriente, tanto hoy como ayer, no alcanza con tener la razón...También hay que ser inteligente.


martes, noviembre 06, 2018

Parashat Toldot

Decepción paterna

Parashat Toldot relata en sus primeras lineas el nacimiento de Iaakov y Esav.

El embarazo de nuestra matriarca Rivká –de acuerdo a la Torá- no fue sencillo. Los mellizos pelearon en el vientre materno durante gran parte de la gestación.

El nacimiento –finalmente- generó una dinámica familiar particular: Itzjak Avinu se liga afectivamente a Esav –el mayor de los hermanos- mientras que Rivká muestra una marcada preferencia por Iaakov.

"Y quiso Itzjak a Esav, pues caza (había) en su boca; y Rivká quiere a Iaakov" (Bereshit 25, 28)

Rabí Ishaia Haleví Hurvitz  explica este versículo de manera sumamente original:

El amor de Itzjak hacia Esav dependía de un factor externo. Nuestros sabios dicen al respecto: ‘El amor interesado fenece cuando el interés ya no existe’ (Avot 5, 17). Cuando desaparece la razón del amor, éste muere y se transforma en parte constitutiva del pasado.

Por ello, la Torá dice: ‘Y quiso Itzjak a Esav’. Habla en tiempo pasado porque este amor dependía de la caza que había en su boca; era un amor pasajero y momentáneo.

Frente a ésto, el amor de Rivká a Iaakov nunca murió porque no dependía de causa alguna. Por ello, está escrito en tiempo presente: ‘Y Rivká quiere a Iaakov’. Ella quiere a Iaakov en todo momento, porque su amor no depende de factores materiales. Un amor independiente de intereses externos, dura hasta la eternidad.

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Existe un episodio en la biografía de Esav que suele pasarse por alto cuando se analiza el vínculo de éste con sus padres y hermano. Hacia el final del capítulo 26 del libro de Bereshit, nos cuenta la Torá:

"Y era Esav de edad de cuarenta años y tomó por mujer a Iehudit hija de Beri el jiteo, y a Basmat hija de Eilon el jiteo. Y fueron pesadumbre para Itzjak y para Rivká" (Bereshit 26, 34-35).

Resulta imposible comprender en profundidad el episodio narrado a continuación –la bendición de Itzjak a Iaakov- si no se toman en cuenta estos dos versículos.

Cuando Itzjak se dispone a bendecir a Esav, su predisposición era negativa. Las mujeres elegidas por Esav –al decir de Rabí Ishaia Haleví Hurvitz- fueron el punto en el cual el amor de Itzjak hacia su hijo feneció. Su decepción fue suprema.

Habitualmente, cuando se analiza el célebre ardid de Iaakov al recibir la bendición paterna- solemos imaginar a Itzjak como un frágil anciano ciego engañado por su hijo.

La historia es conocida. Rivká, sabiendo que Itzjak se aprontaba a bendecir a Esav, propone a Iaakov una artimaña: vestir una piel de cabrito para aparentar ser su hermano y tomar la bendición de Iztjak.

Itzjak entiende rapidamente que algo extraño ocurre ante sus deteriorados ojos. Decide pues pesquisar a Iaakov, utilizando los restantes sentidos que funcionaban corecctamente.  

El Gaón Rabí Ionatan Eibshitz de Praga solía decir:

Cuando un hombre pierde la visión, debe explotar al máximo sus cuatro sentidos restantes para compensar su carencia.

Sobre Itzjak Avinu leemos: ‘y oscureciéronse sus ojos de ver’ (Bereshit 27, 1). Y dado que había perdido la visión, incrementó el accionar de sus restantes sentidos para reconocer con sus manos a su hijo Esav. Primeramente obró a través del tacto diciendo: ‘Acércate, por favor, y te palparé, mi hijo’(Bereshit 27, 21). Luego puso atención en su oído y dijo: ‘La voz es la voz de Iaakov’ (Bereshit 27, 22). En tercer lugar se ayudó con su gusto mientras decía: ‘Acerca a mí y comeré’(Bereshit 27, 25). Por último, utilizó su olfato: ‘y olió el olor de sus vestidos’ (Bereshit 27, 27).

Hoy día, se sabe que los no videntes desarrollan capacidades auditivas, táctiles e  intuitivas en un grado muy superior a las personas videntes. Un no vidente puede palpar una moneda y reconocer su valor.

¿Cómo pensar realmente que Iaakov logró engañar a Iztjak?
¿Acaso una persona ciega no sabe que la piel de cabrito tiene otra textura que la piel y el pelo humano?

Hoy día se sabe que una persona no-vidente no necesita apreciar los colores para distinguir entre el sabor de un vino blanco semi-seco y el de un vino tinto cabernet sauvignon...

¿Cómo creer que Itzjak no pudo distinguir entre el sabor de la comida que solía prepararle Esav, de la comida que sirvió Iaakov preparada por Rivká?

Resulta inimaginable creer que Iaakov logró engañar a su padre.
Itzjak, a mi humilde opinión, sabía quién estaba parado delante suyo y –a raíz de decepción sufrida al ver las mujeres escogidas por Esav - decide bendecir al más joven de los mellizos.

Esav es el primero de los descendientes de Abraham, que toma mujeres cnaanitas como esposas. No sólo su padre, Itzjak, miraba de mal modo esta elección. Leímos en Parashat Jaiei Sará que Abraham Avinu advirtió a su siervo Eliezer de no tomar mujer para Itzjak de la hija del cnaanita enviandolo a Aram Naaraim (ver Bereshit 24, 3-4). 

Al inicio del capítulo veintiocho, Itzjak sellará su bendición a Iaakov, enviándolo a Padán Aram y advirtiéndole también a él de no tomar mujeres cnaanitas. El viaje a casa de Betuel también lo pondría a salvo de la venganza y de la espada de su hermano.

Esav, al escuchar el consejo paterno, y viendo que las cnaanitas eran malas a ojos de su padre, decide enmendar su elección tomando a Majalat hija de Ishmael como esposa (Bereshit 28, 9).

Lo cual demuestra que Esav no solo era apresurado para elegir, sino también lento para reaccionar...