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domingo, enero 17, 2010

Parashat Bo 5770

El Motor del Pueblo

Moshé y el faraón se encontraban ya hacia el final de la pulseada. Una pulseada que duró doce meses y que costó vidas, sufrimiento y dolor a los egipcios.

Moshé quería demostrarle al faraón que ya no había lugar para más discusiones.

‘Está bien’, dijo el faraón después de tanto pulsear. ‘Vayan y sirvan a su Di-s al desierto tal como desean. ¿Quiénes son los que van?’, quiso saber.

El faraón parecía entregado. Ya no hablaba con voz de trueno...su voz era la de un hombre vencido...

Y Moshé, enérgico y resuelto, dio la letra, como correspondía: ‘BiNearenu UbiZkenenu Nelej’ dijo Moshé. ‘Con nuestros jovenes y con nuestros ancianos iremos’ (Shemot 10, 9).

Lo Jen Leju Na HaGuevarim VeIvdu Et Adonai. ‘No va a ser así’, dijo el faraón. ‘Vayan solamente los hombres y sirvan a Dios’ (Shemot 10, 11).

¿Qué es esta nueva pulseada? ¿Por qué para Moshé es tan importante ir con los jóvenes? ¿Por qué el faraón quiere que los jóvenes se queden en Mitzraim?

Los dos saben que la fuerza de un pueblo está en la juventud. Moshé sabe que el pueblo no podrá mantenerse en pie sin jóvenes. Sabe que los jóvenes son el principal motor de todo grupo social. Sabe que allí está la frescura, las dudas, la iniciativa.

El faraón, por su parte, sabe que si logra quedarse con los jóvenes, Israel no va a poder ir muy lejos...
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Ningún auto puede llegar lejos con el motor vencido...Ningún pueblo puede llegar lejos sin juventud.

Esos jóvenes por los que peleaban Moshé y el faraón eran el motor de los hijos de Israel. Y Moshé lo sabía muy bien. Tal como dijo alguna vez el Rabino Iosef Kahanman: Moshé pone el enfásis aquí en los jóvenes porque el futuro del pueblo judío depende de la nueva generación, depende de la juventud. Ya el Talmud lo dice en el tratado de Shabat: ‘Toda ciudad en donde los niños no estudian Torá, finalmente es destruída’ (Shabat 119b). Toda ciudad en donde los jóvenes son dejados de lado y no se les permite adentrarse en el maravilloso mundo del judaísmo, donde se escatiman recursos para la educación de los más pequeños, esa ciudad está destruída aun cuando no caiga una sóla flecha entre sus habitantes.

Y Rabí Iosef Kahanman concluye diciendo: ‘Un niño es llamado huérfano cuando no tiene padres, un pueblo es llamado huérfano cuando no tiene jóvenes’.


viernes, enero 08, 2010

Parashat Shemot

Estadista, Místico y Pastor

Si por algo pudiéramos definir a nuestra época, es por la falta de un liderazgo positivo. Pueden ser muchos los que quieren tomar el PODER…pero pocos son lo que quieren tomar el TIMON.

Tomar el timón es un acto de responsabilidad; tomar el poder, no siempre...

Tal vez entonces –y ante esta falta de conductores- podríamos inspirarnos en la figura de Moshé y en la revelación de la zarza ardiente, episodio fundacional de su liderazgo.

‘Y Moshé pastoreaba el rebaño de Itró, su suegro, sacerdote de Midián; y guió las ovejas a través del desierto y llegó hasta el monte de Dios, a Jorev’ (Shemot 3, 1).

Muchos fueron los comentaristas que se preguntaron por qué este ‘proyecto de líder’ llamado Moshé fue a pastorear las ovejas de su suegro al desierto.

RaSHI opina que las llevó allí para evitar caer en el robo. Siendo el desierto tierra de nadie, no habría peligro de que coman hierba de campos ajenos.

El segundo comentario es de Seforno. De acuerdo a su opinión, el motivo de su ida al desierto fue para disponer de un espacio para meditar.

El Midrash Rabá, por su parte, nos cuenta cómo Moshé corría en el desierto detrás de las ovejas sedientas. Le dijo Dios: ‘Si tienes piedad para conducir las ovejas; también podrás apacentar a Mi rebaño Israel’. (Shemot Rabá 2, 2).

Estos tres comentarios -en apariencia contradictorios- no son otra cosa que las triple faceta de un mismo líder.

RaSHI hace hincapié, en la LEY. La búsqueda constante de lo que es correcto debe ser su desvelo. Moshé lleva a pastorear a las ovejas por el desierto, no sea cosa que –¡Jas VeShalom!- las ovejas se alimenten de hierba ajena.

Seforno hace hincapié en la SOLEDAD. Un líder debe saber tomar distancia. Los problemas de un pueblo pueden ser tan variados y tan pesados, que debe el líder debe saber retirarse, meditar, regresar y actuar.

El Midrash hace hincapié en la COMPASION. Dios probó a Moshé por medio de las ovejas. Si era sensible con las ovejas, también sería sensible con las necesidades de un pueblo. El líder debe ser sobre todas las cosas compasivo y considerado.

Un buen líder, es un perfecto cóctel de Estadista, Místico, y Pastor.

Moshé tenía aquellas virtudes que logran transformar a un hombre del montón, corriente y ordinario, en un líder inmortal. En aquellos líderes que dejan huella con los siglos y cuya memoria el tiempo no logra borrar.