El silencio del Shofar
Rabino Gustavo Surazski
Este próximo Shabat es el último del mes de Elul y -de hecho- también
del año.
Habitualmente, el último Shabat del
mes hebreo, se llama "Shabat Mevarjim" durante el cual se
anuncia el comienzo del nuevo mes.
Sin embargo, este mes ocurre algo
distinto.
Shabat Nitzavim, que es el último
Shabat del año, no anuncia la llegada del nuevo mes ni tampoco la del nuevo
año. De hecho, hasta el shofar que se escucha durante todo el mes de Elul, se
llama a silencio en la víspera de Rosh HaShaná.
Llama poderosamente la atención esta
omisión.
La respuesta tradicional para estas
costumbres y supresiones es que contribuyen a "confundir al satán"
para que este pierda la cuenta del Día del Juicio Celestial (Iom Ha-Dín)
y no pueda acusar a Israel (RoSH, fin del Tratado de Rosh HaShaná).
De hecho, hay quien dice que la
costumbres y prohibiciones del día más sagrado del año hebreo, persiguen
idéntico objetivo.
Un profundo midrash cuenta que, el día de Iom HaKipurim, satán se para frente a Dios y le pide bajar a la tierra para hacer
trastabillar a los humanos.
Dios, sabiendo cuál sería el
resultado, le dice: ‘Puedes hacerlo si lo deseas, pero no podrás con ellos...’.
Y efectivamente, satán baja a la tierra , y al cabo de un
tiempo regresa a Di-s y le dice: 'Cómo los ángeles servidores, que no tienen
músculos, así los israelitas se mantienen derechos sobre sus pies en Iom
HaKipurim; como los ángeles servidores, que ni comen ni beben, así los
israelitas ni comen ni beben en Iom HaKipurim; como los ángeles servidores, que
entre ellos están en paz, así los israelitas están entre ellos en paz en Iom
HaKipurim'.
El Santo Bendito, escuchó la súplica
de Israel y no la del acusador (Pirkei deRabí Eliezer cap. 46).
Dijo Rami bar Jama en el Talmud: ‘HaSaTaN’
en gematria (suma) trescientos
sesenta y cuatro. (Durante) trescientos sesenta y cuatro días, tiene derecho a
molestar. En Iom HaKipurim, no tiene derecho a molestar (Iomá 20a).
Cabe formularse dos preguntas
respecto a estas tradiciones:
¿Por qué pensaban nuestros Sabios
que el Satán es tan ingenuo y manipulable?
La segunda pregunta es tiene que ver
con la idéntidad del destinatario de estas costumbres...¿de que hablamos cuando
nos referimos al Satán?
Resh Lakish sostiene en el Tratado
de Baba Batra (16a) que el Satán es el impulso del mal que anida en
nuestros corazones. El Satán es -de hecho- el discernimiento del que
adolecemos para diferenciar lo bueno de lo malo.
Todos los actos y omisiones que
practicamos en los días anteriores a Rosh HaShaná, no tienen como objetivo
confundir a una criatura colorada con un tridente ponzoñoso que revolotea alrededor del sillar divino y alrededor nuestro. El destinatario de estas
tradiciones es nuestro propio corazón.
Naturalmente, el judío suele
apoyarse en demasía en estos formidables agentes externos que nos provee la
tradición de Israel. Me refiero Shofar, de las tefilot, del ayuno.
Esto suele acarrear un gran riesgo:
se puede escuchar el shofar y permanecer imperturbables. Se puede ayunar en Iom
Kipur, y dejar nuestro corazón con la misma lacra del año que pasado.
Y súbitamente llega la víspera de
Rosh HaShaná y el shofar se calla....Y sólo escuchamos latir a nuestro corazón.
No hay allí otro sonido que no sea el del principal protagonista de estos días:
el corazón de todo mortal que es llamado a Juicio.
Las tefilot ayudan; el ayuno
también.
Pero el proceso de cambio tiene que
ingresar en nuestro corazón, allí donde anida el impulso del mal –el Satán-
que nos dice que lo incorrecto es lo correcto. Por él, se calla el Shofar en la
víspera de Rosh HaShaná.
Tal como dice la Torá en Parashat
Nitzavim.
"Y te hará abundar, el Eterno
tu Dios...si vuelves al Eterno, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu
alma" (Devarim 30, 9-10).