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lunes, mayo 10, 2010

Parashat BeMidvar 5770

En Singular

Cuentan JaZaL (Bereshit Rabá 1, 10) que durante veintiséis generaciones la letra alef estuvo quejándose delante del sillar del Santo Bendito y le decía: ‘¡Soberano del mundo!, soy la primera de las letras del alfabeto y no has creado Tu mundo conmigo [sino que lo hiciste con la bet, que es la primera letra de la Torá]’.

Pero el Santo Bendito la tranquilizó diciendo: ‘El mundo y su contenido no fueron creados sino por la Torá...Por lo tanto comenzaré contigo cuando en el futuro entregue la Torá en Sinaí, y diga "Anoji" ("Yo soy el Eterno, tu Di-s", que comeinza con la letra alef).

¿Por qué tanto tiempo tardó Di-s en entregar la Torá?

Cuando en el libro de Shemot se relata la reunión de los hijos de Israel al pie del Sinaí, la Torá utiliza un lenguaje bastante peculiar: "Y viajaron de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto, y acampó allí Israel frente al monte" (Shemot 19, 2).

El versículo tiene todos los verbos conjugados en plural a excepción del último (VaIján, "Y acampó"). De acuerdo al midrash, ésto nos muestra que en ese momento ellos tenían un único corazón, una única voluntad y había paz entre ellos. Di-s retrasó la entrega de la Torá hasta este momento (Tanjuma, Itro).

Pareciera que, de acuerdo a este Midrash, Di-s no tenía planificado de un comienzo la fecha de la entrega de la Torá. Fueron los hijos de Israel los que asignaron con su actitud el tiempo de su entrega.

En Parashat BeMidvar, también se habla del campamento de Israel, especialmente se habla acerca de la forma en que acampaban y marchaban los hijos de Israel en el desierto.

El Ohel Moed estaba en el centro (BeMidbar 2, 17). Y alrededor suyo acampaban las tribus de Israel.

Desconozco el valor de los bienes inmobiliarios en el desierto (supongo que no serán muy caros), sin embargo también allí hubieron peleas…

Moshé comenzó a lamentarse.

Dijo: ‘Ahora habrá disputa entre las tribus. Si le digo a la tribu de Iehudá que acampe en el este, dirá: ‘¡No deseo (hacerlo) sino en el sur!’. Y así (ocurrirá) con Reuvén y así con Efraim; y así con cada una de las tribus.

Le dijo el Santo Bendito: ‘¿Qué te interesa Moshé? Ellos no te necesitan para (hacer) esta cosa. Ellos -por sí mismos- conocen su lugar (de campamento). ¿Por qué? Porque de parte de su padre Iaakov tienen la enseñanza de cómo deben acampar con los estandartes.

Así como rodearon su último lecho (después de la muerte de Iaakov) y lo trasladaron, así deben rodear al tabernáculo. Por ello dice: ‘según las insignias de la casa paterna, acamparán los hijos de Israel’. Tal como rodearon el lecho de su padre, así acamparán (BeMidbar Rabá 2, 8)

La realidad es que no era tan importante cómo acampaban los hijos de Israel. Lo trascendente aquí era que todos tenían en claro que aquello que marchaba en el centro, transformaba a esa masa de hombres, mujeres y niños en un pueblo.

Tal vez resulte difícil revivir ese espíritu de corazón, voluntad y paz única que reinó 3300 años atrás durante la entrega de la Torá. Sin embargo, también nosotros, pueblo judío, debemos tener en claro la centralidad de los valores que nos dieron forma como pueblo.

Debemos detenernos a pensar si esos valores siguen marchando en el centro de nuestro majané.

¿Qué queremos para Medinat Israel a sesenta y dos años de su creación? ¿Cuáles son los valores que debemos enarbolar para ser una sociedad de la que podamos sentirnos orgullosos? ¿Qué queremos para nuestros hijos y para nuestros nietos?

Sin embargo, debemos saber que no es sencillo marchar juntos, con un único corazón y una única voluntad (Tampoco las tribus lo hacían; una miraba al santuario desde la izquierda y otro desde la derecha).

Esa es la guerra más dura que enfrenta Israel.

Entender que aquel que mira desde la derecha y aquel que mira desde la izquierda están en un mismo barco. Que somos Am Ejad.

Que puede haber un Kikar Rabin que grite SI, y a la semana siguiente otra Kikar Rabin que grite NO, y aun somos uno.

Que unos pueden escribir BLANCO en los periódicos y otros escribirán NEGRO y aun somos Am Ejad.

Que podemos ser uno, no porque tenemos un único corazón (algo único y pareciera que irrepetible) sino A PESAR de tener varios corazones y diferentes voluntades.
Asimilar este mensaje nos transformará en una sociedad ejemplar.