Buscar este blog

domingo, octubre 29, 2006

Parashat Lej Lejá 5767

Un puente entre dos mundos

Ser Sofer Stam, requiere de una gran atención y concentración.

Hay dos letras, entre muchas otras, que le pueden quitar el sueño a más de un Sofer Stam: la lamed, y la Kaf sofit (la letra Kaf al final de la palabra).

Si la letra no se dibuja con cuidado, y su cuello –en el caso de la lamed- o su pierna –en el caso de la Kaf- son más largos de lo necesario, la letra bien puede invadir el renglón de arriba o el de abajo, tocando otra letra e invalidando el sefer Torá.

La lamed y la kaf. La una con el cuello hasta el cielo; la otra, con las piernas bien abajo, en la tierra.

La parashá de esta semana, lleva el nombre de Lej Lejá.
Lamed-Kaf; Lamed-Kaf.


Estas dos letras, la más próxima al cielo y una de las más cercanas a la tierra, dan nombre por partida doble a la Parashá de esta semana.

Puente entre dos mundos, entre el cielo que araña la lamed y la tierra en la que se apoya la Kaf, Abraham acata la orden divina y a los setenta y cinco años abandona su lugar, su parentela y la casa de su padre.

Como un puente entre el cielo y la tierra, Abraham luchará desde entonces para que el mensaje celestial se desparrame por la tierra y para que la vida terrenal contenga una porción del cielo.

No es casual que Di-s le prometa a Abraham una descendencia profusa como el polvo de la tierra y como las estrellas del cielo. Entre esos dos mundos navegó Abraham a partir del llamado de Di-s.

¿Pero porqué Di-s le dice Abraham Lej Lejá (Ve para ti)?
¿Acaso no bastaba con que le diga Lej (Vete)?

Lej Lejá, significa ‘Vete para adentro tuyo’, o bien ‘Vete para tu interior’.
Di-s le quiere decir a Abraham que no hay otra manera de unir cielo y tierra que visitando el uiverso interior. Un viaje posiblemente más largo, del trayecto entre la tierra natal de Abraham y la Tierra Prometida.

Cuando despúes del diluvio el hombre comenzó a multiplicarse sobre la faz de la tierra, quiso llegar hasta el cielo, por medio de la conocida Torre de Babel..

Ingenuos, los hombres pensaban que la forma de alcanzar los cielos y unirlo con la tierra, era creciendo para arriba. Di-s, en esta Parashá, le enseña a Abraham –y por su intermedio a nosotros- que la mejor manera para unir los cielos y la tierra es creciendo para adentro.

martes, octubre 10, 2006

Parashat Bereshit 5767

La Voz

Todas las mañanas, los judíos rezamos ‘Baruj SheAmar VeHaia HaOlam’ (‘Bendito sea Aquel, que habló y el mundo se hizo’).

¿Qué significa esto?
Si bien, para gran parte de la humanidad ‘La Voz’ con ‘V’ mayúscula es el célebre Frank Sinatra, los judíos afirmamos cada mañana que la ‘Voz’, con ‘V’ mayúscula no es otro que el Rey de reyes, Di-s.

¿Qué tiene de especial la Voz de Di-s?


Todos tenemos en mente una remota noción de lo que puede ser la voz de Di-s. Una voz grave y poderosa en off que suena en la pantalla del cine y que dice ‘Moiseeeeees, soy el Di-s de tus padres’. Pero eso ocurre únicamente en las películas...

La Voz de Di-s tiene en la tradición judía dones creativos. Di-s pone orden en el caos y crea el mundo utilizando su voz. Di-s dice: ‘Que se haga la luz’. Y la luz se hace...

Di-s creó al mundo hablando. Cada detalle, cada estrella, cada planta, cada río, fueron ubicados en su lugar por medio, y por fuerza de Su Voz.

Cierto es que hemos sido creados a imagen y semejanza de Di-s y que debemos imitar Sus atributos. Sin embargo, nuestras voces carecen de estos dones creativos. Nos podremos levantar por la mañana y decir ‘¡Que se haga la cama!’, y la cama no se hará. Sería formidable, pero no funciona...

Los humanos hemos sido programados para acompañar nuestras voces, con nuestras manos. Nuestras intenciones con nuestra acción. Nadie cambia una conducta errada diciendo ‘Voy a cambiar’, así como nadie adelgazará por decir ‘Voy a comenzar una dieta’. Si no ponemos manos a la obra, la cama quedará deshecha, nuestras conductas seguirán torcidas y nuestro peso seguirá siendo el mismo.

Durante este mes de Tishrei en el que nuestras voces fueron protagonistas, podremos tentarnos y creer que a nosotros también –como a Di-s- nos alcanza con hablar para hacer...

Golpeamos nuestros pechos, confesamos nuestras fallas, clamamos por la ayuda de Di-s mediante las Hoshanot en Sukot. Llega la hora de hacer un ayuno de palabras y poner manos a la obra y para renovarnos en este nuevo año.

La palabra hebrea ‘Divur’ que significa ‘Habla’, tiene la misma raíz idiomática que la palabra ‘Midvar’ que significa desierto. Las palabras sin acciones, son áridas como el desierto. La voz sin movimiento, de poco sirve. El año comienza, manos a la obra.