Cuatro en uno
El Acta de la
Independencia de Israel (Meguilat Ha-Atzmaut) estableció que la
Constitución Nacional del joven estado debía entrar en vigencia a más tardar el
día 1 de octubre del 1948. Los delegados de todos los partidos firmantes del
acta se comprometieron a que ésto ocurra, pero desde entonces han pasado casi
68 años e Israel sigue en busqueda de una Carta Magna y la comisión sigue sesionando...
La Comisión para la
redacción de dicha Constitución comenzó a funcionar con el establecimiento del
Estado de Israel. Sin embargo, desde entonces, ha resultado imposible zanjar
las enormes diferencias ideológicas que separan a los diferentes partidos que
conforman la democracia israelí.
Los partidos
ultra-ortodoxos seguramente desean que la Constitución incluya un artículo que
garantice la construcción del Tercer Templo cuando llegue la debida hora. Los
partidos de izquierda, seguramente desean cambiar aquellos símbolos nacionales (Himno,
Escudo, Bandera) que no representan a
las minorías (alguien dijo jocosamente hace un tiempo que, después de décadas
de deliberaciones, la comisión solo ha acordado que el nombre del Estado debe
ser "Israel").
Tomando en cuenta
los abismos ideológicos que separan a compleja sociedad israelí, bien cabe
preguntarse cómo es que Israel logró atravesar casi siete décadas de historia
plagadas de innumerables amenazas a su seguridad nacional.
Posiblemente
podamos hallar la respuesta en la Parashá de esta semana.
Hacia el final de
Parashat Bó aparecen las primeras dos secciones de las cuatro que conforman el
precepto de los tefilín (Kadesh Lí Kol Bejor– Ve-Haia
Ki Iaviaja).
Si bien los tefilín
(el de la cabeza y el de la mano) paracen similares en su forma a simple vista,
existen varias diferencias entre ambos.
Entre ellas, una de
las más notables es que estas cuatro secciones están escritas en cuatro rollos
separados en la tefilá de la cabeza, mientras que en la tefilá de
la mano se hallan escritos en un sólo pergamino.
¿Por qué esta
diferencia?
Posiblemente, esta
particularidad sugiera una respuesta a nuestro interrogante inicial.
La cabeza
representa el mundo de las ideas y de las cosmovisiones. Los cuatro
compartimientos de la tefilá de la cabeza enseñan que la pluralidad de
ideas es una de la varas con la que se mide la salud de una sociedad.
Sin embargo, esto
cambia cuando llegamos a la mano, miembro responsable de la acción. Allí, la
pluralidad de ideas deben confluir en un hacer común.
Israel logró
atravesar la turbulentas aguas de su joven existencia, debido a que logró
comprender la diferencia de naturaleza entre la cabeza y la mano, entre el
universo de la ideas y el terreno de la acción. Y a la hora de la verdad, allí cuando la hora
lo exigió, Israel logró zanjar abismos ideológicos y dar forma a un estado
pujante y vibrante, a pesar de sus innumerables desafíos.
Esa ha sido y aun es nuestra mayor fortaleza. Ya la mitzvá de los tefilín nos enseñan que cuatro bien pueden transformarse en uno.
Esa ha sido y aun es nuestra mayor fortaleza. Ya la mitzvá de los tefilín nos enseñan que cuatro bien pueden transformarse en uno.