¡Es una
plaga, estúpidos!
Así como
los franceses adoran el vino, los italianos la pizza y los argentinos la carne
asada, nos cuenta el Midrash (Shemot Rabá 13) que los egipcios hubieran dado la
vida por un buen plato de langostas. Es por éso que los egipcios saltaron de
algarabía con la llegada de la octava plaga.
Dijo Rabí
Iojanán: Dado que vino la langosta, los egipcios se alegraron. Dijeron: ¡Juntémoslas
y llenemos barriles! Les dijo el Santo Bendito: "¡Malvados! ¡¿Se alegran
con la plaga que traje sobre ustedes?! Enseguida: "Y cambió el Eterno un
viento occidental muy fuerte, y llevó la langosta, y echóla al Iam Suf; no
quedó una langosta en todo el límite de Egipto" (Shemot 10, 19).
Nos cuentan
nuestros Sabios que incluso aquella langosta que ya estaba frita y salada en la
mesa de los egipcios, desaparecio milagrosamente de los límites del país.
¿Qué vienen
a enseñarnos JaZaL por medio de este Midrash?
Permítanme
que no me exprese con la elegancia de nuestros Sabios. El Midrash nos dice que
una voz sacudió a los egipcios desde el Cielo diciéndoles: "¡Es una
plaga, estúpidos!". Pocas cosas son más patéticas que ver un hombre
interpretando una desgracia como si fuera un regalo celestial.
Les
propongo dos ejemplos.
Un joven
escucha en el noticiero de la noche el anuncio de una huelga docente por tiempo
indeterminado. Su inmediata rección será saltar del sillón de algarabía. La
combinación de los vocablos "Huelga", "Docentes" y "Tiempo
indeterminado" son un cocktail al que muy pocos jóvenes se pueden
resistir.
El joven en
cuestión comenzará a juntar en barriles todas aquellas horas en las que podrá
pasarse en la cama, actualizando su perfil del Facebook o intercambiando
experiencias en el WhatsApp hasta que le salgan callos en los dedos.
Sin
embargo, luego de "invernar" en su cuarto por largas jornadas, se
verá sacudido por una nueva voz en el televisor: "A causa de la huelga docente,
el Ministerio de Educación analiza la posibilidad de recortar por dos semanas
las vacaciones de verano". En ese momento comprende que aquel
"regalo" que le fuera conferido, tal vez termine volviéndose en una
desgracia. Si es lo suficientemente inteligente, también entenderá que ningún
estudiante realmente se beneficia de una huelga docente por tiempo
indeterminado.
Otro
ejemplo se vincula con lo que se da a conocer cono el "Efecto
invernadero".
Durante
mucho años los países industrializados –y en particular ciertas industrias- se
alegraron por el crecimiento de su economía y de su patrimonio. Llenaron
barriles y bolsillos con el rédito de sus acciones, aun cuando éste venía a
cuenta de un inestimable daño ambiental.
Les tomó
años comprender que estaban generando una "plaga" que se iba a cernir
amenazante sobre sus cabezas. Hasta que una mañana, alguien les abrió los ojos:
"¡Es una plaga, estúpidos!", también escucharon decir.
Ése fue
exactamente el caso de los egipcios.
Los campos
quedaron devastados. Un año de trabajo quedó arruinado en cuestión de horas...¡y
ellos saltaban de alegría pensando en el banquete de insectos!
Ese es el
peligro más grande de pensar en tiempo presente.
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