Por una alef de
diferencia…
Rabí Iaakov ben Asher,
Baal HaTurim, dice que el día de semana en el que acontece la noche del Seder
siempre coincide con el día de Tishá beAv (O.J. 428).
Más allá de la
curiosidad, resulta interesante indagar la relación entre ambas fechas. ¿Que
tienen en común Pesaj y Tishá BeAv?
El Rabino Isaac Bernstein
ofrece un interesante comentario al respecto.
Pesaj y Tishá BeAv representan
ideas diamentralmente opuestas. Pesaj es una celebración que representa la idea
de UNIDAD; Tishá BeAv, por el contrario, representa la idea de la DISCORDIA.
¿De dónde sabemos que
Pesaj simboliza la unidad?
El Maharal de Praga en
su comentario a la Hagadá de Pesaj enseña que las leyes que regulan la ofrenda
pascual se vinculan con el concepto de unidad e integridad.
La ofrenda de Pesaj
debe ser comida en grupo, el animal debe ser asado íntegro (no seccionado) y no
puede tener siquiera un hueso roto. Por otro lado, al impartirse las leyes de
la ofrenda pascual, los hijos de Israel son llamados Congregación (Edá)
por primera vez en el texto bíblico (Shemot 12, 3).
La conexión de Tishá
BeAv con el concepto de discordia tiene su fuente en Talmud, en donde se nos
cuenta que el segundo Beit HaMikdash fue destruído por obra del odio gratuito
entre los hijos de Israel (Iomá 9b).
La noche del Seder se
conecta con Tishá BeAv, debido a que el exilio egipcio también comenzó con el
odio gratuito entre hermanos.
Los hijos de Israel
descendieron a Egipto como consecuencia de la venta de Iosef (de hecho se nos
enseña que el remojado del karpás en agua salada en la noche del seder rememorá la venta de Iosef, dado que su túnica
fue empapada en sangre).
Sin embargo ese odio
fraterno comienza a disiparse en Parashat VaIgash que leemos esta semana cuando
los hermanos se reunen y se funden en un abrazo.
El exilio egipcio y la
redención de Egipto son los dos extremos de este proceso que comenzamos a
transitar con la venta de Iosef a Egipto. El odio gartuito finalmente desmbocó en la
redención de Egipto y ésta derivó en una realidad -prácticamente utópica- de
UNIDAD que encontró su máxima expresión en la revelación del Monte Sinaí.
"Y acampó allí
Israel frente al monte" (Shemot 19, 2), nos dice la Torá al describir la
entrega de la Tora. Nuestros sabios advierten que el versículo está redactado
en singular. Ocurre que los hijos de Israel iban acampando de disputa en
disputa. Cuando llegaron a Refidim se volvieron todos un único corazón y una única
agrupación. Por ello está escrito "Y acampó", en singular. Dijo el
santo Bendito: La Torá es paz; se la daré a una nación que ama la paz (Tanjuma
Itró 9).
Este proceso que
conduce del exilio a la redención y de la discordia a la unidad está sabiamente
sugerido por el idioma hebrea. La diferencia entre el vocablo hebreo Golá
(גולה)
(Diáspora), y el vocablo Geulá (גאולה) (Redención) es sólo una letra alef quien
sintetiza -mejor que ninguna otra- el concepto de UNIDAD. Cuando esta
desaparece y es deplazada por la DISCORDIA, la redención se transformó en diáspora
y exilio.
La UNIDAD hace que el
exilio se transforme en REDENCIÓN, como ocurrió a nuestra salida de Egipto. Sin
embargo, la DISCORDIA hace que la redención desemboque en EXILIO, como ocurrió
con la destrucción del Beit HaMikdash.
Quiera Di-s ayudarnos
para poder marchar juntos en pos de los valores que emanan de la festividad de
Pesaj, alejándonos de las sombras del odio que condujeron a la noche más
extensa de la historia de nuestro pueblo.
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