Dominando la codicia
Uno de los versículos de Parashat Reé llama
poderosamente la atención:
"Cuando ensanchare el Eterno tu Di-s tu frontera,
como habló a tí y dijeres: Comeré carne, porque desea tu alma comer carne, con
todo el deseo de tu alma comerás carne" (Devarim 12, 20). Los versículos
siguientes constituirán la base halájica de las leyes de la shejitá (faenamiento ritual).
La Torá sugiere aquí que el deseo de comer sobrevendrá
como consecuencia del ensanchamiento de la fronteras de la Tierra de Israel.
¿Qué relación tiene una cosa con la otra?
La opulencia y la holgura económica, sin duda, son el
alimento del cual se nutre la codicia. Quien tiene diez, quiere cincuenta.
Quien tiene cincuenta querrá cien. Quien tenga tierra, no le alcanzará. Querrá
también comer carne...
Hace unos días me detuve a releer la conocida obra de
Robert Kiyosaki, "Padre rico, padre pobre". A través de su obra, Kiyosaki
pretende enseñar a sus lectores a adquirir libertad financiera.
En uno de los párrafos destacados de su libro dice el
autor:
"La razón por la cual la gente pelea a diario por
su sustento es el hecho de que han pasado años en la escuela estudiando, pero
nada han estudiado acerca del dinero. La consecuencia es que la gente aprende a
trabajar por plata, pero no aprenden a hacer que la plata trabaje para ellos".
Kiyosaki sostiene en su obra que a la gente le cuesta
ser rica porque no recibe educación financiera apropiada.
El libro es llevadero y Kiyosaki cárismatico para
transmitir sus conceptos. Sin embargo, al tiempo que lo releía, no pude dejar
de pensar hasta qué punto el libro está reñido con el concepto judío de
riqueza.
Rico –dice Pirkei Avot- es aquel que está feliz con su
porción. Rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.
En el Pacífico Sur, los cazadores de monos utilizan
una innovadora técnica para atrapar a sus presas. Ante todo, escogen varios cocos
pequeños y le practican un orificio. Luego proceden a introducir un puñado de
nueces en su interior.
Cuando el aninal introduce su mano en el coco, toma las
nueces. Sin embargo -al tener el puño cerrado- el mono no logra extraer su mano
del coco. Sólo recuperará la libertad si suelta las nueces.
La elemental mente del animal no logra resolver el
dilema. O se queda con las nueces o recupera la libertad. Es entonces que el
mono literalmente enloquece y comienza a golpear el coco contra árboles y
contra el suelo. El mono gasta sus últimas energías en ese puñado de nueces y
la misión de los cazadores, finalmente, resulta sencilla.
El camino judío hacia la riqueza no tiene
exclusivamente que ver con una educación financiera adecuada. La llave del
bienestar económico tiene que ver con la psicología. Nuestros sabios sugieren
que la "riqueza" se alcanza cuando logramos neutralizar el sentimiento
de codicia que anida en nuestro corazón. Cuando logramos entender que la vida
es algo más que un puñado de nueces.
La Torá dice que el ensanchamiento de los límites provocará
la codicia por carne.
De hecho, la trampa a la que es sometido aquel que
goza de un excesivo bienestar, se encuentra sugerida en Parashat Ekev, sección
que leímos hace una semana:
"No sea que comas y te sacies, y buenas casas
edifiques y habites. Y tus vacas y tus ovejas se multipliquen, y plata y oro se
te aumente y todo lo que tuvieres se multiplique, y se ensoberbezca tu
corazón y olvides al Eterno, tu Di-s, el que te sacó de la tierra de Egipto"
(Devarim 8, 12-14).
Al final, los hijos de Israel cayero en la trampa. Moshé
dará su crudo diagnóstico hacia el final de la Torá, en Parashat Haazinu:
"Y engordó Ieshurún (Israel) y coceó...abandonó a Di-s que lo había hecho
y envileció al Creador, su salvación" (Devarim 32, 15). Ya lo dice el
Talmud: "El estomago lleno, es motor de la transgresión" (Berajot
32a)...
Es cierto que una adecuada educación finaciera ayuda.
No pretendo, de ningún modo, restarle importancia a ello. Sin embargo, la
auténtica receta hacia la "riqueza" reside en nuestra capacidad por
dominar y neutralizar el destructivo poder de la codicia.
¿Quien es rico?
Quien es feliz con su porción.
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