Espejismos de Justicia
Rabino Gustavo Surazski
Esta semana leemos
en la Torá acerca de la destrucción de Sedom y Amorá.
Al hablar de estas
ciudades, solemos pensar que en estos lugares la justicia estaba ausente. Y
no es cierto. Eran ciudades con muchas leyes, y la gente no le daba la espalda
a SU LEY....
¿Qué es entonces lo que
enojaba tanto a Dios? ¿Por qué destruir dos ciudades con gente tan
obediente?
Se nos cuenta, por
ejemplo, que había una ley en Sedom que prohibía darle pan a la gente pobre. Aquel
que diera pan a los pobres sería quemado en el fuego. Cuando un pobre se
allegaba a ellos, no le daban pan sino tan sólo monedas...y cada uno escribía
su nombre sobre ella. Cuando el pobre moría, cada uno venía y recuperaba su
moneda.
Sedom era un lugar muy
"civilizado"…pero faltaba el temor a Dios. Y sin temor a Dios, poco
sentido tenían las leyes...
Cuando leo la historia
de Sedom y Amorá me viene a la mente lo que varias generaciones más tarde
ocurrirá en la tierra de Egipto.
La Torá nos cuenta que
cuando los hijos de Israel descendieron a Egipto, el faraón de Egipto los ubicó
en la tierra de Goshen, en los suburbios del imperio.
¿Por qué fueron los
hebreos a habitar ese lugar tan alejado?
La Torá nos dice: Ki
Toavat Mitzraim Kol Roé Tzon (Bereshit 46, 34).
Los pastores de
ovejas eran una abominación para los egipcios.
Abraham Ibn Ezra
explica que los egipcios eran por entonces vegetarianos y no iban a permitir de
ninguna manera que un hombre coma carne en su entorno.
Los hijos de Israel
eran apreciados en Egipto…Su ocupación no tanto.
Para los Egiptos era
abominable que un hombre juegue con la vida de un animal.
Unas cuantas décadas
después, esos mismos egipcios que amaban tanto a los animales estaban arrojando
a los niños hebreos al Nilo.
Eso no era abominable…
Cuando leía este
comentario de Ibn Ezra vino a mi mente la imagen del nazismo.
Una de las más grande
paradojas de la historia es que el régimen nazi fue uno de los precursores de
las políticas de estado a favor de la ecología y del medio ambiente.
En 1933 el nazismo
aprueba la Ley de Protección de los Animales.
Un año después se
aprueba la Ley del Reich de la Caza
y en 1935 entrará en
vigor la Ley de Protección de la Naturaleza.
El mundo aun no sabía
que debía aprobar una Ley de Protección contra el Nazismo, ignorando que ese
régimen tan proclive al amor por la naturaleza protagonizaría el capítulo más
funesto en la historia de la humanidad.
Lastimar la naturaleza
era abominable…Las cámaras de gas no….
El Rabino Yissocher
Frand explica esta idea a través de un ejemplo bien gráfico.
El respeto a las leyes
no siempre asegura armonía social.
En plena Noche de los
Cristales Rotos en la Alemania nazi, un niño ingresó corriendo a su jeder
y a los gritos informó al Rabino que su casa se estaba incendiando.
El Rabino salió
corriendo del aula y telefoneó al Departamento de Bomberos para informar del
incendio.
‘No podemos hacer
nada’, le dijo el Jefe de Bomberos. ‘Apagar ESE incendio es
ilegal’.
Alemania seguía siendo
un país de leyes, como siempre. Ocurría que por entonces era ILEGAL
apagar incendios en casas de judíos.
Bajo ese aspecto, en la
Alemania de Hitler ocurría lo mismo que en Sedom: La gente respetaba las leyes
a rajatabla. Pero sin temor a Dios, las leyes no sirven para nada.
Tal vez sea por eso que
Dios dice a Abraham al cabo de las diez pruebas a la que fuera sometido
(Bereshit 22, 12): ‘Ahora sé que eres temeroso de Di-s’.
¿Por qué Dios elige esa
expresión?
¿Por que no decirle:
‘Ahora se que eres obediente’ o ‘Ahora conozco tu sumisión’?
Posiblemente, porque
hay mucha gente obediente y sumisa en el mundo, pero obedece y se somete ante
estos espejismos de justicia.
Existe mucha gente
obediente y sumisa en el mundo, pero obedece y se somete ante estos espejismos
de justicia.
La gente de Sedom era
obediente, la de Egipto denostaba a los pastores, la gente de Hitler era
sumisa...
Pero lo de Abraham era
diferente.
Abraham fue el primero
en ser temeroso del Cielo.
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