Buscar este blog

lunes, agosto 03, 2009

Parashat Ekev 5769

Extranjeros

Parashat Ekev menciona una de los preceptos más difundidos de la Torá. No estoy refiriéndome al kashrut, ni a las leyes de pureza familiar ni al cuidado del Shabat. La Torá, en nuestra Parashá, menciona una vez más el imperativo de amar al extranjero.

"Hace justicia al huérfano y a la viuda, y ama al extranjero dándole pan y vestido. Y amaréis al extranjero, pues extranjeros fuistéis en la tierra de Egipto" (Devarim 10, 18).

Este precepto es recordado no solamente aquí, sino que aparece formulado de diferentes formas treinta y seis veces a lo largo del texto bíblico.

Ya la Guemará se pregunta (Baba Metzía 59b): ¿Por qué razón la Torá nos advierte treinta y seis veces respecto a este precepto?

Nos responde Rabí Natán: "No menciones tu (propio) defecto a tu compañero". Rabí Natán nos enseña que si un judío se burla, humilla y maltrata a un extranjero, de hecho está tranformándose en el principal destinatario de su propio maltrato. El "defecto" del cual se burla, es su propio "defecto". También el judío ha sabido ser extranjero en tierra ajena.

Cuando un hombre llega a la conlusión de que su propio antepasado sufrió humillaciones, el grado de empatía hacia los desprotegidos se potencia. Si uno comprende que su propio padre lidió con la sociedad para encontrar refugio y abrigo, entonces el modo de ver al mundo cambia drásticamente.

Hace unos años cuando visité por primera vez Israel me llené de asombro al ver que versículos biblícos como "Mi-Pnei Seiva Takum Ve-Hadarta Pnei Zaken" ("Delante de las canas te pararás y honrarás el rostro del anciano") (VaIkrá 19, 32) estaban integrados a la señalizacion del transporte público de pasajeros. La idea de incorporar un versículo escrito hace miles de años en un vehículo del siglo veinte me agradó sobremanera.

Tal vez hoy, cuando muchos aun se niegan a dar respuesta al sufrimiento de los refugiados de Darfour y cuando los trabajadores extranjeros (y muchas veces también los olim jasdashim) reciben un trato humillante e indignante por ciertos sectores de nuestra sociedad, cabría integrar a la señalización urbana versículos al estilo de "Ve-Ahavtem Et Ha-Guer" ("Y amaréis al extranjero"), para no olvidar que también nosotros fuimos extranjeros en la tierra de Egipto.
.