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martes, junio 13, 2006

Parashat Shelaj Leja 5766

Somos Muchos más que Diez

Parashat Shelaj Lejá que leemos esta semana, nos ilustra acerca de una de las instituciones centrales de tradición de Israel: el Minián.

Doce individuos, uno por cada tribu israelita, se dirigieron a la Tierra Prometida con la consigna de explorarla y traer información sobre aquella tierra que irían a heredar. Sin embargo, fallaron en su misión. De los doce enviados a explorar la tierra, sólo dos trajeron un informe objetivo. Los diez restantes trajeron un informe cargado de pesimismo y subjetividad. Hablaron de gigantes que habitaban Cnaan y provocaron la ira divina al difamar a la tierra diciendo que ésta devoraba a sus habitantes.

A estos diez enviados, Di-s los llama Edá (congregación).
Si tomamos a cada uno de ellos por separado, eran todos grandes personajes de las tribus de Israel. Sin embargo, JUNTOS se transformaron es pequeñas personas. Juntos se contagiaron miedos, y en lugar de sumar restaron.

Diez personas que se reúnen, son más que diez individuos…tienen un alma colectiva. Es por ello que Di-s se irrita tanto al escucharlos. De la misma forma, Di-s se alegra sobremanera al ver a diez judíos rezando. Diez judíos que rezan ya no son diez individuos…son una congregación.

Hoy son muchos los judíos que aun creyendo en Di-s aseguran que no necesitan ir a la sinagoga para hablar con Él. Y si bien es cierto que Dios no ‘atiende’ sólo en los Batei Kneset, también es cierto que la razón por la cual asistimos a la sinagoga no es porque creamos que sólo allí existe ‘discado directo’.

Venimos a la sinagoga para reunirnos y rezar juntos. Diez judíos que rezan juntos representan más para Di-s que diez judíos que rezan al mismo tiempo en diez casas separadas.

Porque Di-s siente dos clases de amor por nosotros. Uno, es el amor personal; cada criatura es especial para Él. Pero cuando nos ve reunidos, el amor que siente es diferente: allí siente amor al ver que todo Su desvelo por formar un pueblo se ha hecho realidad.

Y no importa cuán prestigiosos, cuán acaudalados y cuán sabios sean aquellos que se reúnen; sólo importa que sean diez. No olvidemos que diez zapateros forman un minián; pero nueve Rabinos, no.