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jueves, noviembre 06, 2014

Parashat VaIerá 5775

El Ejemplo de Abraham

La Parashá de esta semana comienza diciendo: ‘VaIerá HaShem Elav BeElonei Mamre’ (Bereshit 18, 1). ‘Y se le apareció a Abraham Dios en el encinar de Mamre’.

¿Quién era Mamré? 

El midrash cuenta que Abraham tenía tres amigos. 

Uno se llamaba Aner, otro Eshkol y el tercero Mamré. 

Cuando Di-s se le apareció a Abraham hacia el final de la Parashá pasada y le habló de practicarse el brit milá, Abraham fue a pedir consejo a sus tres amigos. Aner, el primero, le dijo: ‘¿¡Estas loco!? Vas a lastimarte y cuando vengan tus enemigos a perseguirte no vas a poder escaparte...’. Eshkol, el segundo, le dijo: ‘Sos viejo ya...No vas a poder soportar el brit milá...’. Mamré, el tercero, le dijo: ‘Cumple con la voluntad de Di-s, que Él sabrá como protegerte...’ (Ver Tanjuma Vaierá 3).

Abraham siguió el consejo del tercero. Se circuncidó a la edad de noventa y nueve años y circuncidó a su hijo Ishmael cuando este tenía trece años. La misma Torá lo dice: Primero se circuncidó él, luego circuncidó a Ishmael y luego a todos los varones de su casa (Bereshit 17, 26-27).

Pero cabe preguntarse: Si Abraham tenía que practicarle el brit milá a todos los hombres de sus casa...¿no convenía que se circuncide último? Abraham, el hombre de la buena retórica, quien podía convencer a todos por el arte de su palabra...¿con qué fuerza iba a convencer a los hombres de su casa con el dolor que llevaba a cuestas?

Ocurre que el hombre de la palabra convincente entiende que hay un punto en el cual las palabras no alcanzan y hay que educar con el ejemplo. Las ejemplos hablan más fuerte que las palabras.

Todos somos Abraham...Todos en algún momento debemos tomar la iniciativa y servir como ejemplo para alguien. Podemos ser ejemplos como Rabinos, como maestros, como dirigentes, como padres e incluso como hijos. Si queremos que alguien nos siga, que alguien nos escuche, debemos ir adelante.

Una ejemplo vale más que mil palabras, ya que el ejemplo mueve a la acción y las palabras no siempre lo hacen.

Quiera Di-s inspirarnos y dotarnos de fuerza para que podamos ser hombres y mujeres de iniciativa contagiando a nuestros prójimos con nuestra voluntad, nuestros ejemplos y nuestra fuerza.