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martes, febrero 23, 2010

Parashat Tetzavé - Shabat Zajor 5770

Ladrón Nocturno

Este Shabat previo a Purim recibe el nombre de Shabat Zajor (¡Recuerda!), Shabat en el que recordaremos el ataque de Amalek a nuestros antepasados en el desierto.

¿Por qué nuestra tradición nos impone recordar a Amalek y no a otros de los tantos pueblos que nos han atacado a lo largo de los siglos?

Seguramente, porque lo de Amalek fue un ataque estratégicamente estudiado. Ya nos dice RaSHI: El pueblo estaba sediento, como está escrito: ‘Y el pueblo allí estaba sediento por agua’ (Shemot 17, 3). Y enseguida dice: ‘Y vino Amalek’ (Shemot 17, 8). Amalek tal como sugiere RaSHI, esperó que el pueblo esté cansado para atacarlo; perdió aquella batalla, pero mostró el camino a los demás. El mismo RaSHI comparó esta situación con una bañadera de agua hirviendo en la que nadie podía entrar, hasta que vino uno y se metió. Se quemó hasta las narices, pero se la enfrío a los demás. Aun cuando Amalek se quemó hasta las narices, le enseñó al mundo que siempre es mejor atacar al enemigo en sus zonas frágiles y por la retaguardia.

El Talmud se pregunta en el Tratado de Baba Kama (79b): ¿Qué es más grave un ladrón que actúa a la luz del día o un ladrón que roba por las noches? Y concluye: Un ladrón que actúa por las noches es peor ya que se cuida de los hombres, aun cuando no tiene miedo de Di-s. Quien roba durante del día no teme ni a Di-s ni a los hombres y por ello es menos grave.

Y resulta extraña la conclusión de la Guemará. A priori debiera ser más grave quien roba durante el día, porque no teme ni a Di-s ni a los hombres. ¿Por qué entonces es más severa con el ladrón nocturno? Dijo Rabí Iosef Soloveitchik: El ladrón nocturno saca cuentas, estudia el terreno, analiza fragilidades. Quien roba durante el día es un inconsciente; quien roba por la noche es un cobarde.

En este Shabat recordamos esa cobardía fría y estudiada de Amalek tan similar a la de los ladrones nocturnos. Desde pequeños se nos ha enseñado que de la misma forma en que auto se queda por el camino cuando se le acabe la gasolina, un pueblo se quedará por el camino cuando se le acabe la memoria. Por ello es que a los judíos siempre se nos llama a recordar. Como en este Shabat Zajor. Nada nos hace sentir más vivos que ello.